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Conoce la arquitectura tradicional ibicenca

Ibiza es una isla auténtica y genuina no solo por su escarpada costa, que deja a su paso cientos de preciosas calas coronadas por casetas de pescadores, sus productos y platos autóctonos y sus campos repletos de pinos, Ibiza tiene una arquitectura propia que la define y distingue alrededor del mundo.

La arquitectura típica ibicenca de casas bajas en forma de cubos de color blanco parece que proviene, según estudios recientes, de construcciones fenicios y babilónicas. Aunque fueron los Cartagineses quienes se establecieron en la isla hace 500 años A.C, parece que fueron los fenicios los artífices del tipo de construcción que llegó a la isla en tiempos neolíticos y que aún se mantiene y se replica.

El estilo se define por su simplicidad, el uso de materiales locales y poca ornamentación, aunque las casas actuales incluyen cada vez más elementos y detalles buscando la belleza de lo decorativo.

Las casas payesas parten siempre de un espacio central, que se conoce como ‘porxo’, desde donde se accede al resto de habitaciones. Tradicionalmente, estas se ampliaban a medida que la familia crecía, añadiendo dependencias según fuera necesario. Esta forma de construcción se transmitía de generación en generación basándose en la sabiduría popular, apodad por el arquitecto Josep Lluís Ser como «una arquitectura sin arquitectos».

Ibiza sigue repleta de casas tradicionales ibicencas que han sido restauradas adaptándose a las necesidades y comodidades actuales, conservando la esencia de su historia. En Ibiza Country Villas apostamos por mantener la arquitectura tradicional de la isla incluyendo en nuestra cartera de propiedades en venta y en alquiler casas ibicencas. Si estás buscando una villa de este tipo, no dudes en consultarnos, estaremos encantados de ayudarte a encontrar la casa de tus sueños.

Casas ibicencas a la venta

Principales rasgos característicos

  • Forma cúbica: las construcciones ibicencas se caracterizan por una arquitectura sencilla en la que se van añadiendo edificaciones cúbicas alrededor de un espacio principal rectangular transversal a la entrada: ‘porxo’. 
  • Ventanas pequeñas: las ventanas son pequeñas, originalmente sin cristal, y de formas irregulares, más estrechas en el exterior que en interior, pensadas para defender las casas de los ataques de piratas y saqueadores que llegaron a la isla durante siglos. Por otro lado, el pequeño tamaño de las ventanas también contribuía a aislar el calor de la misma forma que los muros, creando un microclima que se mantenía la mayor parte del año.

  • Tejados planos y vigas de madera: los tejados son completamente planos, sustentados por vigas de madera vistas y cuentan con un aislamiento impermeable a base de cenizas, arcilla y hojas de posidonia. Estos métodos nos hacen ver que la arquitectura ibicenca tradicional ha sido un ejemplo de bioconstrucción, que se ha valido de elementos naturales de proximidad.

  • Ubicación en altura: las casas payesas habitualmente están construidas sobre la ladera de una montaña y orientadas al sur para recibir más sol y protegerse de la humedad y de los vientos del norte.

  • Muros gruesos y encalados: los muros son muy gruesos, de casi un metro de grosor, y se realizan con piedra local y argamasa. Estos se encalan por dentro y por fuera con la intención de reflejar la luz del sol y evitar el recalentamiento del edificio en verano, otorgándole su característico color blanco.


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